La Generalitat sí reaccionó esta vez en el Cecopi y acordó limitar la movilidad, aunque la alerta que avisó de riesgo extremo de lluvias a los móviles de todos los valencianos llegó una hora y media más tarde que el aviso de la AEMET y con el riesgo inminente, a una hora de que empezara el aviso rojo

Las dudas de la consellera y la ausencia de Mazón retrasaron dos horas el mensaje masivo de alerta a los móviles el 29 de octubre

Antes de las seis de la tarde de este miércoles, los miembros del comité de emergencias (el Centro de Coordinación Operativa Integrado, conocido como Cecopi) de la DANA de València, entre los que hay representantes autonómicos y estatales, recibieron un mensaje. Se convocaba de urgencia una segunda reunión tras la de las 9 de mañana, esta vez a las seis de la tarde, ante la posibilidad cierta de que AEMET subiera a rojo el aviso por lluvias en el litoral de València.

Además de que se esperaba gran cantidad de agua, llovía sobre mojado en la zona cero, con un sistema de alcantarillado precario que no tragaba y que amenazaba con hacer aflorar el agua y el fango de nuevo. Algunos municipios, como Aldaia, ante la ausencia de normalidad y la falta de reparación de compuertas e infraestructuras, había instalado sacos de arena para cortar el paso en los cauces en esta segunda arremetida del temporal.

Conectados online, en el Cecopi se empezó a tratar la lluvia que venía y para la que AEMET anunciaba avisos rojos a partir de las nueve de la noche. La lección, a fuerza de más de 200 muertos, se había aprendido por parte de la Generalitat, que en el Cecopi del 29 de octubre no emitió la alerta hasta las 20.12, cuando la tragedia ya había sucedido. En esta ocasión, con los mismos avisos rojos y la misma información que aquel el fatídico día, el president del Consell sí tomó una decisión diferente, que fue restricciones de vehículos y personas y alertas a los móviles. El hecho de que el barón del PP Juanma Moreno hubiera desalojado y alertado a la población de Málaga horas antes le había puesto también un espejo y más presión.

El ambiente en el Cecopi estaba esta tarde de miércoles algo enrarecido. Por una parte, Mazón había estado centrado en su comparecencia en Les Corts Valencianes del día siguiente (al final se acabó posponiendo al viernes a las 11.30) y la consellera de Justicia, Salomé Pradas, asistió mientras está siendo cuestionada, a punto de ser apartada según las quinielas, y señalada como la única responsable de las medidas por parte de su propio jefe, que ha insistido en que él no es miembro, ni mucho menos jefe, de ese comité. Administrativamente, es así, porque Mazón ha rehusado asumir el “mando único” del Cecopi como le permite la ley. Si lo hiciera, se convertiría directamente en el responsable a efectos jurídicos, algo que queda de momento para su consellera.

La dirección de estos comités va fluyendo coralmente, muchas veces sin una autoridad clara o rapidez ejecutiva: el miedo a tomar partido puede amordazar las directrices y los liderazgos. De hecho, se recogen ideas o sugerencias sin que haya actas oficiales y sin que se aprueben, como es preceptivo para que sean válidas, en las sesiones posteriores.

Hasta en dos ocasiones la delegada de Gobierno, Pilar Bernabé, señaló este miércoles la urgente necesidad de mandar la alerta a los móviles. “Habrá que mandarla, ¿no?”, insistió varias veces, según fuentes presenciales. En esta segunda DANA, por parte de la Generalitat ya nadie dudó como en el Cecopi del 29 de octubre, cuando la indecisión de Pradas sobre qué hacer y cómo –y la ausencia de Mazón, en una comida de tres horas con una periodista– instaló un desgobierno en la única instancia que podía haber protegido a los ciudadanos.

La respuesta en este segundo temporal fue afirmativa, sí, habría que mandarla, pero no se hizo al instante pese a que el reloj corría. Se aparcó y se avanzó en otros temas logísticos.

En X la agencia estatal AEMET informaba públicamente del aviso rojo a las 18.18 h, que se iba reenviando por grupos de WhatsApp y volaba como la pólvora en redes sociales. En el Cecopi, donde el mando es de la Generalitat, se seguían debatiendo más allá de esa hora asuntos para una situación en la que los minutos cuentan. La antelación, según todos los expertos consultados, es esencial en casos de riesgos para la población, especialmente en horas punta o cuando tienen que tomar decisiones logísticas como cambiar sus planes, no emprender un viaje o dejar el coche.

Sin embargo, Emergències de la Generalitat, que esta vez sí tenía claro que tenía que restringir el tráfico y la circulación de personas –y asumir, por tanto, las críticas en caso de que el episodio no fuera para tanto o de quienes ven importunada su cotidianidad– esperó hasta las 19.50 para mandar al móvil de todos los valencianos que se suspendía toda actividad educativa, deportiva y en centros de día, además de las restricciones de movilidad en vehículo privado de motor hasta las 12 horas del día siguiente. Según los protocolos, al acabar la reunión la redactaron y enviaron el subdirector de Emergencias junto a la consellera Pradas.

A esa hora muchos alcaldes, entre ellos la de la capital, ya habían decidido suspender las clases y habían informado a sus ciudadanos, incluso horas antes. A esa hora también se había informado ya de que el pleno donde daría explicaciones Mazón se había pospuesto. Finalmente, una hora y poco antes de que empezara el episodio de riesgo extremo, se envió a los móviles el Es-Alert. En algunos se recibió con el encabezado “Alerta presidencial”, en otros en castellano y valenciano y hay ciudadanos que la recibieron también en inglés. Según fuentes de la Generalitat, los técnicos no pueden tocar el encabezado del texto, sino solo su contenido, y estas distintas modalidades podrían depender de la configuración de los teléfonos.

Hubo un segundo aviso en la noche del miércoles a través del sistema Es-Alert. Se envió a una veintena de poblaciones, las más afectadas por la DANA, en el que se informó de que “atendiendo a la vulnerabilidad de la zona y la acumulación de lluvias prevista, se recomienda permanecer en zonas altas de las viviendas o zonas elevadas”, según el gabinete de Emergencias. En el Cecopi de las nueve de la mañana ya se había decidido mandar una primera alerta Es-Alert a esa misma zona cero para avisar de “las restricciones de tráfico de vehículos privados en los municipios afectados por las inundaciones de Rambla del Poyo, Río Magro y pedanías del sur de València”, una alerta que se acabó emitiendo una hora antes de su entrada en vigor, a las cinco de la tarde, y a la que sumó esta segunda de las ocho tarde.

El president Carlos Mazón tuiteó a las 20.11h, tras el Cecopi las normas que entraban en vigor de manera inminente, a los 50 minutos, utilizando un literal del decreto que abunda en la idea de que la responsabilidad es de Salomé Pradas y que no ha pasado inadvertido públicamente: “Esta es la orden de la conselleria: Ordeno…”. Es decir, que lo que se decide en el Cecopi lo ordena Pradas, como lo que ordenó (o no) en el del pasado día 29. Una pista de cómo va a construir su discurso de este viernes en las Corts para dar explicaciones a la ciudadanía.