El humorista recuerda a figuras como Blas Infante o Paco de Lucía en un aplaudido discurso al recoger el premio de la Paloma de Plata: «La paz no es la ausencia de conflictos, la paz es ausencia de injusticia»
El humorista Manu Sánchez ha ganado el premio de la Paloma de Plata por su labor para difundir la cultura. Al subir a recoger el galardón, no ha dudado en arrancar su discurso versionando a Rocío Jurado para reivindicar el andaluz: “Como yo te hablo, convéncete, escolti nen, nadie te hablará, ningú et parlarà, nadie porque yo te hablo en un idioma sobrehumano”, ha entonado en el Parlamento andaluz. Pero tras su particular versión de la famosa canción ha ido más allá y ha dedicado un aplaudido alegato a la sanidad y la educación, la paz y la justicia.
“Te cambio toas’ las eses por las zetas, me como los finales y las letras”, continuaba el actor, para finalizar con un “si no me entiendes, el problema no soy yo”. Según él mismo aseguraba en su discurso, no había otra manera de comenzar sus agradecimientos, haciendo un guiño a Andalucía, que “no habla un mal castellano sino un perfecto andaluz”.
En la sala había, además de reconocidas figuras del mundo de la cultura, jóvenes asistiendo al acto. “Casi ningún sueño se cumple”, les dijo. Eso sí, para que se puedan cumplir, continuó, “todos tendríamos que poder permitirnos soñar en el mismo colchón”. Porque, a su juicio, “la paz no es la ausencia de conflictos”, sino la “ausencia de injusticia”. “La paz no es individual, es colectiva”.
“No hay nada más universal que ser andaluz”
Entre risas y aplausos, el también presentador ha hecho un repaso por diferentes símbolos. Como la paloma, que representa la reconciliación y que además está unida a su región a través de esa rama de olivo. También habló sobre las columnas de Hércules, sobre las que dijo que esos dos pilares representaban la sanidad y la educación. “Que no nos toquen nuestras dos columnas”, pidió.
Sobre la importancia de cuidar la sanidad, Sánchez hizo alusión al cáncer que le diagnosticaron recientemente: “La sanidad pública ha tenido el bendito detalle de salvarme la vida”, dijo.
Y habló de otros dos símbolos más: los dos leones de la banera de Andalucía. Uno es el deporte, y el otro, la cultura, indicó. ¿Y cuál es la cultura? “El que muerde”.
Terminó su emotivo discurso recordando la figura de Blas Infante, “ese que decía que no había nada más universal que ser andaluz”. Y con una frase final: “Viva Andalucía libre, y en paz”.