La primera ministra italiana, que pretende reintroducir los reactores en su país, ha defendido en la Cumbre del Clima el uso de todo tipo de energías –»no solo las renovables»– incluido un combustible fósil como el gas

Lejos de reducirse, las emisiones de CO2 por quemar petróleo, gas y carbón alcanzan un nuevo máximo

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni ha aprovechado su visita a la Cumbre del Clima, la COP29, para impulsar su plan de vuelta e impulso a la energía nuclear. “Actualmente, no hay una única alternativa a los combustibles fósiles. Debemos tener una visión realista”, ha dicho en el plenario.

Meloni ha metido en un mismo cajón todo tipo de fuente de energía. Primero ha asegurado que “debemos utilizar todas las tecnologías disponibles, no solo las renovables”, para luego respaldar “el gas –que es una energía fósil– los biocombustibles, el hidrógeno” y hasta “la captura de carbono”. Luego ha incluido “en un futuro, la fusión nuclear”. La fusión nuclear es todavía un horizonte muy lejano. Lo que la Unión Europea ha admitido como “energía limpia” es la fórmula actual de fisión nuclear con sus residuos radiactivos y sus problemas de seguridad.

Un plan para volver a las centrales nucleares

Italia ya no produce electricidad con centrales nucleares. El país fue uno de los pioneros de la energía nuclear, con cuatro centrales, pero tras el accidente de Chernóbil 1986) y un referéndum, prohibió la energía nuclear y desmanteló definitivamente todos sus reactores comerciales en 1990. El Gobierno de Meloni está preparando una legislación específica para reintroducir reactores nucleares.

“Es igual de prioritario que la descarbonización tenga en cuenta nuestros sistemas de producción y la sostenibilidad de nuestros sistemas sociales”, ha afirmado la primera ministra. Una frase que encaja bastante bien con lo que los investigadores denominan retardismo climático, es decir, no negar la existencia del cambio del clima, sino lastrar las acciones encaminadas a atajarlo poniendo el foco en las consecuencias económicas o sociales de esas medidas.

Las palabras de Meloni han parecido una contrapartida a la intervención de este martes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que adivirtió: “No presten oídos a los que dicen que la transición energética es incompatible con el bienestar de las clases medias y trabajadoras porque esas clases medias y trabajadoras serán las que sufran más al estar en las áreas más afectadas por el cambio climático”.

En una línea parecida a la de Giorgia Meloni se han escuchado las palabras del primer minsitro ruso, Mijail Mishustin, quien ha insistido en que “la transición hacia la energía de bajas emisiones no debe comprometer el desarrollo de los países de bajos ingresos”. “El calentamiento global no debe ser uitilizado como un pretexto para una competencia injusta o restringir actividades”, aseguró.