No hay encuentros previstos para este jueves después de que Ursula von der Leyen se reuniera con los portavoces de los grupos que sustentan su mayoría y que está amenazada por el veto del PPE a Ribera y el empeño de la derecha en hacer vicepresidente al candidato de Meloni

La guerra de desgaste del PP contra Ribera amenaza la ‘mayoría Von der Leyen’

“Quien no vea que hay un riesgo, es ciego”. La frase es de un alto funcionario europeo sobre el bloqueo en el que se encuentra en este momento la renovación de la Comisión Europea. Por una parte, el PPE mantiene congelada la elección de Teresa Ribera como vicepresidenta para que pase antes por el Congreso a rendir cuentas sobre la DANA tras las dudas de su gestión difundidas por el PP de Alberto Núñez Feijóo en el momento clave de su elección y, por otra parte, la presión de los populares europeos para que los socialistas pasen por el aro de apoyar al candidato de Giorgia Meloni, Raffaele Fitto, también como vicepresidente. Las negociaciones están ahora mismo en barbecho, sin nuevas reuniones previstas este jueves, y con todas las partes asumiendo que la resolución, de llegar, lo hará la próxima semana mientras desde el gobierno comunitario y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, elevan la presión para que el conflicto no se alargue más.

“El Parlamento Europeo votará la próxima Comisión el 27 de noviembre”, ha afirmado Metsola en unas declaraciones difundidas a la prensa. Esa es la fecha prevista para que el pleno de la Eurocámara dé el visto bueno al conjunto del gobierno comunitario. Antes de ese paso, la Eurocámara tiene que dar el visto bueno individualmente a cada uno de los candidatos y, por el momento, se ha aplazado la evaluación de los siete restantes —los seis vicepresidentes y el aspirante húngaro, que no aprobó su examen—.

“Aún estamos a tiempo. Esta Cámara está plenamente comprometida con la puesta en marcha de la nueva Comisión. Es nuestra responsabilidad y nos la tomamos muy en serio. Especialmente cuando vemos lo que está ocurriendo en todo el mundo”, agrega Metsola en su mensaje en referencia, fundamentalmente, a la victoria de Donald Trump en EEUU, que es uno de los asuntos que más inquieta en la Comisión Europea, donde llevan tiempo preparándose para el cambio en la Casa Blanca por las posibles consecuencias económicas y geopolíticas que su regreso puede provocar.

Lo que aseguran en la Comisión Europea es que Von der Leyen está en “contacto permanente” con sus interlocutores en el Parlamento Europeo, es decir, los líderes de PPE, Manfred Weber; S&D, Iratxe García; y Renew, Valérie Hayer, que son los grupos que sustentan su mayoría. Tras la tensa audiencia de Ribera el martes en la que todo saltó por los aires por la maniobra del PP europeo de dilatar a la semana que viene la decisión sobre la candidata española en contra de lo pactado previamente con socialistas y liberales, Von der Leyen mantuvo una reunión el miércoles con los tres portavoces para tratar de encarilar la situación; pero no lo consiguió. Salió sin acuerdo y lo que asumen todas las partes es que habrá que esperar a la semana que viene.

Los socialistas se han plantado ante la exigencia de los populares de que tienen que apoyar la designación de Fitto, que supondrá aupar a la extrema derecha por primera vez a una vicepresidencia de la Comisión Europea. “El S&D no va a negociar un paquete de seis vicepresidentes porque seis vicepresidentes no son tres familias políticas. Sólo vamos a respetar ese acuerdo entre las tres familias y no entrar a ningún otro tipo de negociación”, señalan fuentes socialistas sobre la intención de los conservadores de forzarles a apoyar al candidato de Meloni, que forma parte del grupo de los Reformistas y Conservadores (ECR), que está fuera de la coalición que opera en Europa.

“El Grupo Popular tiene que decidir qué quiere hacer. Si ha decidido hacer una coalición con la extrema derecha, que dé explicaciones en Alemania de que se ha pasado el cordón sanitario por el arco del triunfo, que lo explique en Polonia”, señalan esas fuentes: “Que decida si quiere estar en la alianza proeuropea. Tienen dos mayorías posibles. No vamos a ser utilizados de vez en cuando para que blanqueen su cara y luego en el día a día estén en otra alianza”. 

El otro conflicto tiene que ver con la nominación de Ribera, a la que el PPE ha puesto palos en las ruedas. Mientras Feijóo exige la nominación de otro candidato español, el grupo europeo ha puesto como condición para apoyarla que se comprometa a dimitir en caso de que sea encausada por la gestión de la DANA. Para los socialistas, llegado este punto, cualquier condicionalidad a sus aspirantes es inasumble teniendo en cuenta que la semana pasada dieron el visto bueno a 14 candidatos a comisarios del PPE “por responsabilidad”, a pesar de que, según reconocen, algunos no demostraron la idoneidad para el puesto.

Por el momento, la evaluación tendrá que esperar, como mínimo, a la próxima semana. Uno de los escenarios es que se exijan más explicaciones por escrito a los candidatos o que se sometan a una nueva evaluación y que, por tanto, se complique el margen para elegir a la nueva Comisión en la fecha prevista del 27 de noviembre. Otro escenario es que todo se resuelva y salga adelante en tiempo y forma para que el gabinete Von der Leyen esté en marcha el 1 de diciembre. Y el tercero es que todo salte por los aires y la UE se adentre en un territorio inexplorado.